Luego de muchos de años de estar frente a la enseñanza de la natación con variadas edades, haber nadado desde muy pequeña, vivenciar esta práctica en clubes y observar los diversos grupos en su proceso de aprendizaje; comencé a tomar más conciencia de las conductas y formas de acercarse a la actividad acuática, que atraen a las personas adultas mayores y que se relacionan con su motivación y permanencia en el natatorio del CEF n°42. Me refiero, específicamente a la enseñanza de la natación, es decir aprender a nadar, ya que hay otras propuestas en el medio acuático que la Institución ofrece.
La manera en que se acercan las personas adultas mayores buscando aprender a nadar, me hace pensar en los saberes a enseñar que más se ajusten a cada historia personal y que en muchos casos no lleva una metodología estandarizada sino individualizada.
Es por eso que no sólo hay una representación social de aprender a nadar más allá de la edad, sino también que hay procesos de aprendizaje que deben ser tenidos en cuenta respecto a la metodología, historia personal, condición física y cultura motriz acuática.
Para ello, me propuse encuestar de manera aleatoria a los/as alumnos/as que concurren a nuestra Institución preguntando sobre estas cuestiones: Motivo de concurrencia, conocimientos previos, ideas previas sobre la natación, habilidades motrices y experiencias acuáticas.
A partir de estas ideas y de investigar líneas de aprendizaje de la natación con personas mayores, deseo detallar los conceptos básicos e indagar en esta línea exploratoria sobre lo que significa aprender a nadar después de los 60 años.