Formas de hacer, pensar y observar en las clases de Educación Física
- di Croce, Leo (FaHCE)
La observación en Educación Física ha experimentado una notable evolución: de ser una técnica de investigación orientada a la recolección de datos, ha pasado a constituirse en una herramienta pedagógica central. Su sentido se transformó desde la mera verificación de conductas hacia un dispositivo que promueve la reflexión sobre la enseñanza, influenciado por los distintos paradigmas educativos.
En este trabajo nos centramos en la relación entre la observación y las concepciones de Educación Física que, según la profesora Andrea Rodríguez en su tesis doctoral, se manifestaron en dos períodos particulares: el eficientista y el cognitivista.
Durante el período eficientista, la Educación Físico-Deportiva se alineó con una visión industrial y desarrollista, orientada a la formación de “recursos humanos”. La observación adquirió un carácter directivo y superficial, centrado en el control, la verificación de normas y la detección de errores. Bajo la influencia del conductismo, se limitaba a registrar conductas observables para determinar si los estudiantes respondían correctamente a estímulos y consignas cerradas. El docente se concebía como un “técnico” encargado de aplicar un currículo rígido, y la observación funcionaba como herramienta de clasificación y control, privilegiando la repetición para alcanzar la perfección técnica.
El segundo período, denominado Educación Psicomotriz y Psicología Cognitiva, marcó un cambio sustancial con el auge de la psicología cognitiva. La observación se volvió más compleja, poniendo el foco en los procesos mentales de los estudiantes, como la atención, la percepción y la toma de decisiones. El aprendizaje comenzó a entenderse como un proceso activo e interno, y la observación buscó identificar las estrategias desplegadas por los alumnos para resolver problemas. Sin embargo, a pesar de este avance, aún persistió una limitación: la mirada continuaba centrada en el desempeño del alumno, dejando de lado el análisis de la práctica docente.
En este sentido, se propone avanzar hacia una observación holística, capaz de abarcar la interacción entre docentes y estudiantes como un proceso integral, orientado a la mejora de la enseñanza y de los procesos formativos en su conjunto.