Envejecimiento funcional: La influencia del estilo de vida en la capacidad de la marcha.
- Brost, Delfina (Instituto Superior de Formación Docente y Técnica Nº 31)
- Gozo, Agustin (Instituto Superior de Formación Docente y Técnica Nº 31)
- Gratia Moreno, Sofia (Instituto Superior de Formación Docente y Técnica Nº 31)
- Hoses, Pierina (Instituto Superior de Formación Docente y Técnica Nº 31)
Este proyecto de investigación se desprende de la materia Didáctica de las prácticas Gimnásticas Especiales, perteneciente a cuarto año del Profesorado de Educación Física, del Instituto de Formación Docente y Técnica nº 31.
En primer lugar se investigaron los hábitos de adultos mayores de 60 años en Necochea, específicamente aquellos que concurren al Centro de Jubilados y Pensionados “Barrio sur”, con el objetivo de comprender qué impacto tienen estos mismos en el deterioro de la marcha, siendo un indicador clave de su salud y calidad de vida. La marcha, es esencial para mantener la independencia, realizar actividades de la vida diaria y mantener la participación activa en el ámbito social. Sin embargo, con el paso del tiempo, se observa un deterioro progresivo de la misma, no solo debido a hechos biológicos, sino también a diferentes factores que se analizaran.
Para lograr el análisis de lo mencionado, se llevaron a cabo dos dispositivos de evaluación: un test de velocidad y una encuesta sobre el estilo de vida previo y actual de los mismos sujetos. Luego se realizó una relación entre ambos dispositivos, de la cual se analizo cómo influye uno de los factores estudiados (estilo de vida) sobre la capacidad de la marcha, a su vez se pusieron en evidencia los riesgos o consecuencias de la misma.
A su vez, se recopiló información de diferentes trabajos científicos y evaluaciones propias, con el objetivo de determinar cuál es la influencia de ese estilo de vida previo en la funcionalidad de la marcha en la adultez. El interés por esta temática surge en base a que, como futuros docentes debemos fomentar un rol activo en la propuesta de actividades y acompañamiento, para promover un envejecimiento activo y saludable, donde se de una mayor importancia a la calidad de vida, incluyendo la realización de actividad física de forma regular, la alimentación saludable, la participación activa en la sociedad, etc, como factores fundamentales para el mantenimiento de la marcha.
Dicho esto, se destaca que la actividad física es un factor protector y preventivo, incluso cuando se inicia en etapas tardías, generando beneficios psicológicos, físicos y sociales. Todo esto refuerza la necesidad de promover el envejecimiento activo y la participación en propuestas adaptadas a los adultos mayores, para generar una mejor calidad de vida, que permita la autonomía funcional de los mismos.